Foto: © Archivo CadizNet
Cabo Roche (Conil de la Frontera)
Tras las tranquilas y suaves playas de Chiclana y como divisores naturales aparecen ante nosotros los acantilados rocosos de Roche, que dividen en coquetas y serenas calas el litoral conileño. Conil de la Frontera como todo el resto de ciudades costeras de la provincia ha sido invadida, poblada, colonizada y de nuevo invadidas por fenicios, cartaginenses, romanos, vándalos, visigodos, árabes y cristianos, ya que su situación frente a las costas africanas y su riqueza pesquera y agrícola suponían un trofeo apetecible para los pueblos invasores de la época. Actualmente, los "invasores" de la ciudad son los turistas y demás visitantes que llegan, normalmente a través de la N-340.
Con la Reconquista se inicia la repoblación del municipio y es D. Alonso Pérez de Guzmán señor de la zona, quien manda construir un castillo cuyo fin era la defensa del municipio y sus almadrabas. De este castillo se conserva aún la Torre del Homenaje que data del S. XV. Es recomendable pasear por las estrechas y blancas calles del casco antiguo, sorprendiéndonos con iglesias como las de la Misericordia de arquitectura funcional, o la Iglesia Parroquial de Santa Catalina de estilo renacentista. La Puerta de la Villa, así como algunos restos de muralla, forman parte de las antiguas murallas construidas durante el S XVI para defensa de los ataques piratas.