Cadiz:

En torno al año 1688, cercano a consumarse el fecundo siglo XVII, doña Luisa Roldán, prestigiosa escultora de efigies sagradas, tallaba con habilidad admirable y entregado sentimiento una emotiva imagen de hiriente plasticismo: Nuestra Señora de la Soledad.

Es la única Dolorosa Andaluza de la que se conserva documentación que demuestre su autoría por parte de "La Roldana"

Es posible aseverar tal autoría por medio de un documento protocolado, existente en el Archivo Histórico Provincial de Cádiz y dado a conocer por el investigador de temas gaditanos don Enrique Hormigo.