Vaso funerario (Cádiz)
En la comarca se fabricaron también excelentes piezas de vidrio, que aparecieron virtualmente completas sólo en el interior de las tumbas: se conservan urnas destinadas a depositar cenizas, jarras, vasos y un gran número de ungüentarios, semejantes en su forma y evolución a los de cerámica, que se suelen denominar lacrimatorios, por haber podido ser empleados también para depositar las lágrimas de los dolientes junto al difunto. Algunas piezas de especial belleza como los "millefiori" y los vidrios soplados a molde, ponen de manifiesto la relación de Cádiz con los talleres de la costa fenicia mediterránea, aún en época romana.
Se conservan también ungüentarios destinados a perfumes y aceites y vasos de "paredes finas", que corresponden a una modalidad de cerámica muy delicada, de la que existieron talleres en la región, caracterizada por la delgadez de sus paredes.
Las urnas cinerarias se construían en diversos materiales: vidrio, cerámica, plomo, piedra. Entre ellas puede destacarse una en forma de gran crátera de mármol o la de "fayenza" egipcia, el tipo más primitivo de porcelana oriental que demuestra el elevado nivel económico y las amplias relaciones de los comerciantes fenicios en época romana.