La escultura de un león, que formaría parte de un monumento funerario, apareció en la necrópolis a cuatro metros de profundidad (1925)
Las lucernas son también pieza habitual en los enterramientos antiguos, y de ellas se conserva una amplia variedad, casi todas del siglo I de nuestra Era. Contienen imágenes de dioses, animales, flores, grupos eróticos y objetos de todo tipo. Cabe destacar la serie dedicada a los trabajos de Hércules, que sabemos que se fabricó en la zona por el hallazgo de los moldes en el taller Iunius Dracus, en el cercano Cerro de los Mártires de San Fernando.
En los ajuares funerarios gaditanos también son frecuentes piezas de metal como espátulas con las que se mezclaban los aceites sobre pequeñas placas de piedra o los espejos de bronce con baño de plata, cadenillas lámparas, amuletos... Asímismo, piezas de tocador realizadas en hueso y marfil (agujas, punzones, placas, cajas), así como una rica joyería, continuación de la riquísima tradición fenicia.
También eran de uso frecuente en el mundo romano las esculturas de leones, semejantes a las ibéricas, que se utilizaban como remate de los monumentos funerarios, haciendo las veces de animales protectores.