Foto: © E. Christian Moreno
Iconográficamente, no puede negar la cabeza del Cristo ni otras partes de su anatomía, que su hechura o simulacro salió de las mismas gubias del autor de la Humildad y Paciencia, y que ambas cabezas se parecen como una gota de agua a otra gota. Está el Cristo amarrado a una preciosa columna de plata labrada en Méjico en 1666 por Francisco Suárez. Y tiene también el titular otras preseas del mismo metal como un juego de potencias de plata del siglo XVIII y la Virgen, una saya del mismo siglo y un manto del año 1920 donado por una gaditana, la señora viuda de Cajigas.
Cofradía del centro, cofradía que sale de la antigua ermita dedicada a San Antonio de Padua en el Campo de la Jara, cofradía de honda raigambre entre los gaditanos y cofradía que tiene el altísimo honor de contar entre sus titulares al Resucitado que lo procesiona el Domingo de Pascua a la catedral. Ayer, con una escultura de Giscardi también, y hoy, con una debida a Luis González Rey.