Foto: © Archivo CadizNet
La talla del Cristo de la Humildad y Paciencia representa un misterio reflejado con maestría en el rostro y la postura del cuerpo
La Venerable, Inmemorial y Pontificia Cofradía del Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia y María Santísima de la Amargura es una fundación surgida en el siglo XVII, en 1626, al amparo del cenobio de los agustinos y, por tanto, fiel, durante sus tres siglos de vida, al templo donde se fundió, acogiendo en su seno a los vizcaínos residentes en Cádiz. Conocido también el Cristo titular por el vulgo como "de los milagros", es patrono del templo agustino y con el dinero de la cofradía se edificó la capilla mayor del mismo y desde siempre el Señor ocupa en el crucero su altar de mármoles de colores. En San Agustín, un templo edificado en el año 1647 por el vasco Sancho de Urdanibia y casi se puede considerar el templo nacional de la nación vasca, aunque en la centuria, los pilotos vizcaínos contaban con capilla propia en la vieja catedral.
Jesús "en su humildad y paciencia", sentado desnudo en la peña del Calvario, pensativo y triste, casi lloroso, la cabeza desprovista de la corona pero con las potencias, se resigna y piensa en su próximo fin y en su próximo sufrimiento, y la devoción de la Edad Media, lo quiso ver así abatido y triste y fue en el mundo entero la estampa pasionista que más devoción despertaba.