Foto: © José Mª. Collantes González
La imagen de la Virgen luce los atributos de Capitán General de la Armada, siendo el Almirante Jefe de la Zona Marítima del Estrecho su Hermano Mayor Honorario
Hasta bien entrado el siglo XVIII las gentes de la mar, navegantes y pescadores, marinos y flota, no veneran una única advocación patronal, sino que se multiplican en pluralidad de títulos a merced y devoción de los tripulantes, que con preferencia escogían para abogada de sus travesías la de más veneración en su lugar de origen.
Una de las advocaciones más popularmente arraigadas era la de Nuestra Señora del Rosario. De ellas, las más vinculadas con la Armada sería la imagen que donada por los venecianos, llevó Don Juan de Austria en su galera real en la batalla de Lepanto y la Galeona que a bordo de la nao capitana hacía la Carrera de Indias.
Por el culto a la Virgen de las Ánimas, en 1764, el Cardenal de La Cerda, patriarca de las Indias instruía en la Real Armada la devoción a la Virgen del Carmen y su patronazgo sobre los navegantes.