Fermín Salvochea
Vuelve de nuevo a ponerse de manifiesto la valentía y decisión de Calvo y Valero que, temiéndose lo peor, y que la ley decidiera la incautación de la catedral nueva, hace trasladar a este templo la pila bautismal de la vieja, que queda instalada en la Capilla de San Sebastián, el sagrario y el archivo, con lo que convierte a la catedral nueva en parroquia y evita así la incautación del templo, ya que el decreto taxativamente se refería así: "B.O.P. 20 de julio de 1873. Comité de Salud Pública. Decreto: Art. 1º. Los edificios destinados al culto, a excepción de las aprroquias y de los de propiedad particular o patronatos, pasarán a poder de sus respectivos municipios. Cádiz, 19 de junio de 1873. El Presidente, Fermín Salvochea".
Así, la orden de incautación cae sobre el viejo templo que ve su larga vida cortada por la decisión, y aunque en su interior seguía guardada la custodia, el Sr. Calvo y Valero y el Cabildo hacen saber a los incautadores que "la referida custodia tenía que quedar necesariamente allí por no haber lugar capaz en la catedral nueva para guardarla".
Cuando en agosto vuelve la normalidad, los edificios vuelven también a sus antiguos poseedores y todo queda tal y como estaba antes.