Cadiz:

Frente al Testamento de la Tía Norica se muestra una escena de la obra Batillo Cicerone, en la que se narran las aventuras del negro Pancho, productor de cine, y de Batillo, que hace de guía turístico en su recorrido por la ciudad de Cádiz. Esta escena que no se corresponde fielmente con la obra, representa la Plaza de San Juan de Dios con el negro Pancho, que camina bailando alegremente, seguido de otro negro que le lleva el equipaje, mientras una gitanilla intenta leerle en la mano la buenaventura.

Otra de las obras memorables es El tío Melones o La corrida de Toros. Trata la historia de un picador de toros que se opone al noviazgo de su hija y un torero, que resulta ser finalmente el autor de un quite que le salva la vida. Esta cogida parece ser una réplica de la de la Tía Norica, pero tanto el tema como la escenificación del diálogo presentan menos viveza que el sainete principal. En escena, ante un telón que representa la Plaza de toros de El Puerto, aparece el Tío Melones, que simboliza el típico personaje impulsivo y atolondrado, pero de buen corazón, al que responden las facciones del protagonista, que aparece finalmente con la pierna vendada y sangrando y el apuesto Curro, novio de su hija Consuelo.